La forma de mirar al universo de Stephen Hawking
CEO Universal Knowmad/Alejandro Mardjanian Petrosian/
Él ya nos avisó hace años: “Nada puede existir para siempre”. Y hoy nos dejó para siempre. Para los que hemos crecido con su peculiar voz, su espléndido sentido de humor, su forma de ser, de pensar y de actuar es un día muy triste. Stephen Hawking era un genio, ni más, ni menos. Un genio (en sus propias palabras) de la raza de primates nacido en un planeta menor de una estrella ordinaria que nos ayudó a entender el universo. Ahora queda su legado. Y para los nómadas de conociendo su célebre frase: “La inteligencia es la habilidad de adaptarse a los cambios”.
Su forma de mirar al universo me hace mirar también al universo que tenemos dentro de nosotros mismos. La humanidad tiende a la autodestrucción decía el gran científico. Quizás esto podría explicar que a día de hoy no se hayan encontrado indicios de inteligencia en otros lugares del universo, ya que, si alguna vez ha aparecido, posiblemente se habrá extinguido. Viendo los últimos acontecimientos políticos en el mundo entero es factible suponer que esta es la trayectoria en la que estamos. Y posiblemente para salvarse no nos quedará otro remedio que salir de la Tierra. Pero para colonizar el espacio será necesario una estrategia concertada global en la que las diferentes naciones, gobiernos y personas actúen juntas: los norteamericanos, los europeos, los rusos, los chinos y todos los demás. Y mucho me temo que ni el veneno ni los aranceles serán de gran ayuda para semejante hazaña.
En el amplio abanico de preguntas que quedan sin resolver después de su muerte, hay una que me inquieta mucho: ¿si la humanidad ahora debe evitar mantener contacto con una posible civilización alienígena para no acabar aplastada como un microbio, deberán hacer lo mismo los extraterrestres cuando la humanidad se echará a explorar el espacio?
Para mi es la clave. Y la llave se la llevó a la tumba el gran maestro ateo, una de las mentes más brillantes de nuestro tiempo, cuya existencia en la Tierra durante los últimos 76 años sería verdaderamente trágica… si no fuera tan divertida.